lunes, 3 de octubre de 2016

ALCOHOL BLANCO





Alcohol; salario de estrellas.
Jacobo Fijman

es un somnoliento atardecer
de otoño en Sevilla
la ingesta indeliberada de algún que otro aguardiente
me insta a localizar una colección de versos
ésa y sólo ésa era la intención
pero muy pronto
esta vez quizá demasiado pronto
me puede el paisanaje

grupúsculos de vulvas imberbes
atosigan mis sentidos
por una calle Sierpes curada de espanto
en simétrico vaivén con las aves del tiempo
que rasan las seseras
presagiando el primer aguacero
de la temporada

los extremos
por su parte
se amenizan
tiznados hombres-estatua
alardean de estática impertérrita
frente a un conjunto de arpistas disléxicos
que tañen desganas ante una audiencia de tiovivo
engalanada con perillas desgarbadas al uso
que no tienen otra razón de ser que encubrir papadas
de pelícano borracho

irrumpe la lluvia
los previsores se jactan de tener al fin
ocasión de desplegar sus paraguas
como murciélagos las alas

incauto de mí
yo simplemente intentaba dar                                      
con una colección de versos
pero ahora lo menos sangrante
es volver a diluirme en alcohol blanco
porque ya sólo aspiro
a guarnecerme de mí mismo
bajo este intempestivo ocaso
de las seis y media
en Sevilla


De Ventajas de estar en la ruina, 2015

viernes, 16 de septiembre de 2016

DESCUBRIENDO HALAGOS (un relato de Venthor Gómez publicado en el número 0 de la vilipendiada revista "La antibiótica") *

Durante un breve  periplo vacacional, vagando por la Meseta Norte, di con mis huesos en un pueblo llamado Halagos del Matón. La carretera comarcal que lleva a la parroquia sobrevive sin apenas mantenimiento,  con la maleza desbordando  los  márgenes y cubriendo señales de aviso que pueden verse o no, dependiendo del capricho de una voluntad intangible, consciencia de la región misma, el azar funambulista... Allá cada cual con sus credos, vaya. Hay que ver primero un letrero oxidado y, segundo, hay que dejarse llevar guiados por la fuerza que ejerce lo insólito del nombre que bautiza el pueblo y decidirse a tomar la desviación. Yo así lo hice. Una densa bruma me acompañó durante un buen trecho hasta toparme con las primeras casas. Conforme iba adentrándome  por unas calles estrechas que hacían complicada la circulación en coche, la atmósfera fue aclarándose hasta que el cielo fue un trazo azul entre dos líneas blancas. La aparición de un solar vacío  se me antojó de lo más oportuna, y tras estacionar el coche pude continuar con mi paseo hacia las entrañas de Halagos del Matón tranquilamente a pie. Pese al mes en el que nos hallábamos, agosto, el ambiente era húmedo y la sensación global era la de hallarme en un pueblo cualquiera de la comarca; aunque, afilando los sentidos, pequeños detalles desconcertantes salpicaban  el recorrido. De una antigua casa señorial, algo decrépita, me llamó la atención un blasón de piedra en el que aparecía esculpido toscamente un mono de expresión lastimera  introduciendo su falo en una especie de masa vegetal que no pude identificar; un endrino, quizás. La antigüedad del tallado y la gravedad de su ejecución eran evidentes; ahora bien, el concepto…. Intentar ensamblar un simio con la historia de esta zona del norte de Castilla requería grandes dosis de imaginación y si, encima, éste se hallaba copulando con un arbusto endémico… Las elucubraciones derivadas de esta imposible dualidad me sumieron en un estado de alerta festiva, por definirlo de alguna manera. Proseguí pues con el macaco dendrófilo ocupando mis pensamientos, sin disfrutar enteramente de otros detalles que se me ofrecían generosos, como ristras de excrementos de vaca secos colgando en las casas con números impares, figuras furtivas tras los visillos desvaneciéndose a mi paso y los impagables nombres de algunas calles: “Trompetista Rudy Burlas” (¡!) “Petaflor” (¿?) “Guisantemo” (¡¿?!)…Todavía no me había cruzado con un ser vivo, a excepción de un pequeño perro mil leches soberbiamente dotado que defecaba con dificultad, cuando una melodía festiva empezó a culebrear por el aire… ¿Era el tañido de unos cencerros el que la jalonaba rebotando por las fachadas? La amalgama sónica fue  aproximándose, hasta que,  doblando la esquina, se materializó una procesión encabezada por unos tíos con capirotes tocando la flauta y unas grandes campanas amarradas a la chepa con correas de cuero. 
(continuará)

*El relato de Gómez es consecuente con las formas estéticas del Movimiento Analsibarita, fundado por el autor y un servidor en el verano de 1997. E.L.

viernes, 8 de julio de 2016

EL MUNIRIA (apócrifo sobre la gestación y el apuntalamiento de la criatura)


Bill hecho un guiñapo, en su habitual estado de semiiconsciencia. La habitación, un desastre: la Clark Nova llena de ceniza en la mesilla, andrajos, restos biológicos, útiles de adicto y papeles desparramados por todo el suelo. Llega Jack, coge un papel de aquí, otro de allá. Empieza a leer entre tragos lentos. Bill, esto es una maravilla, concluye a los diez minutos. Me pongo y te lo paso a limpio todo en nada, ya sabes que yo mecanografiando me salgo, que lo reconoce hasta el Capote. Bill: El nenaza del Capote lo dice con segundas, Jack, que no te enteras. Mira, tú haz lo que te salga del entrenalgas con esos textos, pero antes acércame aquella cucharilla, hazme el favor. 
Usque in aeternum.

E.L.

miércoles, 6 de julio de 2016

Unas letras para Franzl Lang

Caranalga de mí, en diciembre murió uno de mis grandes ídolos y yo ni me enteré. En otoño de 2010 Nueva York se interpuso a la opción Tirol, que estaba a huevo; mas siempre quise dejarme caer por la tierra del tipo para, entre otras cosas, presentarle mis respetos en forma de rendida genuflexión en la puerta de su morada o ante la barra de la taberna de turno. Hasta el crematorio y más allá perdurará la extrema admiración que siento por el maestro Lang, que seguramente sabrá excusar tamaña desconsideración por mi parte y, ¿por qué no señalarlo?, los descojonos que me ha proporcionado su peculiar arte (¿qué le voy a hacer, si nací en el Mediterráneo?). Qué maravilla de humano y de voz, pero qué maravilla... Jodel forever!!!

E.L.