martes, 24 de noviembre de 2015

CELEBRACIÓN DEVOTA DE "MADRID-COCHABAMBA (CARTOGRAFÍA DEL DESASTRE)"


Por Emilio Losada
                                   La luz brota del subsuelo cuando menos se la espera.
Juan Goytisolo
                                               
De los alcoholes y de las viandas, del garito, del restorán y del cinematógrafo iniciático, de Miller a Umbral, de Dylan a Antonio Vega, de la Biblioteca de Alejandría a los libros de viejo del Paseo de Recoletos, estación de término soñada para su lúcida obra por el de Madrid, de las mujeres con las que se comparten cimas y asperezas y de las que amenizan soledades siempre que, como otrora aconteciese al glorioso antisanto boliviano, no se interponga en el trance un irresistible elepé de Neil Young & Crazy Horse, de las infancias que pasan casi sin olerlas y apenas dejan como testimonio los reumáticos huesos de una bicicleta, de la penca muerte, de los pencos muertos al relente o en los nichos, pero sobre todo de la penca vida, toneladas de vida hay en esta joya de libro, primero se vive y luego se escribe, es ley de leyes, nunca es al revés, ya nos lo dejó claro antes de los diecinueve el renacuajo de Charleville, cuánta vida y cuánta alta Literatura hay aquí, con Ele mayúscula, sí, Ele también de Libertad, Ele Libertaria, pura y bruta prosa esta, hermosa y desquiciada, de la que sólo se deja ver muy de vez en cuando a estas alturas del tinglado, Pablo y Claudio, Claudio y Pablo, Madrid-Cochabamba, Cochabamba-Madrid, obra de arte de primer nivel, vaya par de dos, Pablo, el poeta disfrazado de prosista, ya dio el aviso cuando tras enamorarse de y en Marruecos parió aquella maravilla de novela, Los cuadernos del Hafa, ahora en su parte de este libro, precisamente desde Cochabamba, es una larga historia, evoca melancólico sus correrías por aquel irrecuperable Madrid previo a la nefasta irrupción de Álvarez del Manzano y sus putrefactos acólitos, malditos sean por siempre, aunque no se hunde del todo, culebrea por los recovecos y da con el respiradero, en su búsqueda de una señal para la esperanza felizmente la halla en la sonrisa extranjera, se sale en «Razas del extrarradio», menuda oda mil leches, chico, chúpense ésa, víboras perladas de Madrid Norte, y qué decir de Claudio, el mago de la prosa histérica, prosa volcánica, que dice Pablo, es lo mismo, de muy joven incurre Norteamérica, pelea y compadrea a ritmo de rocanrol, marea la perdiz con urgencia beatnik, seduce y cata vicios, devora libros y escribe, afila sus bigotes de irreductible galo y lanza al mundo, entre otros tantos, El exilio voluntario, vaya artefacto, como cada uno de los que aquí nos suelta en formato corto, donde igual abofetea inmisericorde a los políticos que comen flores mientras reparten miserias como rememora perversos alivios a consta de la Deneuve previos a los días de chicha y rosas, Pablo y Claudio, Claudio y Pablo, Lou Reed los cría y ellos se juntan, otra larga historia, pero qué forma de escribir, qué barbaridad, lo hacen con un cuchillo entre los dientes, dejan tan alto el listón que ya es que ni con pértiga, y nada hay que recriminarles, son malos de los buenos, en pleno desastre se toparon con la penúltima botella, es un símil a medias, y para evitarnos posibles disgustos no dejaron que la viésemos ni medio vacía ni medio llena, la hicieron trizas, aunque, eso sí, antes se la bebieron toda.


La edición española de Madrid-Cochabamba (Cartografía del desastre), de Pablo Cerezal y Claudio Ferrufino-Cocqueugniot, ha sido editada por Ediciones Lupercalia (www.edicioneslupercalia.com)


lunes, 9 de noviembre de 2015

EPICÚREO EN AZOTEA


Expongo al sol la sábana donde el amor enfermó de amor
y se degradó entre mentiras al peso, despropósitos sin lengua
y con ojos de espanto. El viento la enarbola solemne e hipnótica,
bandera blanca de mi paz mental que aún presenta restos
de su última menstruación –colofón providencial de suspiros a dúo,
espaldas enfrentadas, dedos palpando interruptores
a la caza de la única luz posible–. Pero la remordida enseña
no tiene suficiente y parece ansiar más sangre, así que saca pecho
y de pronto se transforma, toda rencor y aullido,
en una aguerrida vela de barco vikingo. Como la lucha
no va conmigo, doy sutilmente la espalda a su desmán y paso a otear
este casco histórico que ignora los desapegos de los interiores
aturdido por un levante en ciernes –¡oh Cádiz tácita!– que ensortija
los cabellos y desquicia el temple de viandantes propios y extraños.
Es cuando decido quitarle las pinzas a tanto mal trago
para dejarle hacer al viento,
le agradezco una vez más el desinteresado espaldarazo
al divino cantamañanas de Minnesota
y afronto feliz
      el descenso
                hacia el viejo y confortable estatus.

De Ventajas de estar en la ruina, 2015

jueves, 5 de noviembre de 2015

ÁTICO ES VIDA, poema de José Rasero Balón

Hoy es un gran día. Hoy Jose Rasero Balón presenta en Cádiz su novela Áticos y viento. Un caso de Benito Bram. Con motivo de tan felicísimo acontecimiento incluyo aquí el poemón dedicado al poeta Fernando Cañas que escribió el año pasado para La Antibiótica. ¡Suerte, compinche!

Poema de Jose Rasero Balón, 1-10-14


ÁTICO ES VIDA

Tú me entiendes,
Fernando,
tú me entiendes.


Cesó lo prematuro.
Y surgió la disección:
lo sucinto enmudece mientras extermina.
Y todo, en el silente sofismo, es aparente.

El culpable transpira Ausonios.
La burla, en la capilla,
refleja inopia.
Soy un laberinto frente al abitón.
Mi abitón.
Sin vértigos, la nodación
puede semejar un sonrojo con matices.

Broté al municipio pues,
con mis ropajes de espectro.
La acogida fue jovial, salpicada de esplín
y plisada en humedades
y sexo quisquilloso.
Con llagas de colorete y fuelles de artilugio,
los ciudadanos,
innatos,
aplastaron mi cuesta,
y con indigenismo de plagio
transitaron sobre mi restregón.
Alcé como pude el honor de mi palabra,
que nació quebrada,
en fragmentos y bolitas
de voz.
De vuelta a la mansión la fui recomponiendo,
mas transmutó en frasqueta.
Tenía exclusiones,
crucetas de papel,
entonces,
pergaminos,
hados,
acasos
e inclusos.

Tilingos en su sitio.

martes, 3 de noviembre de 2015

SPANISH IDIOSYNCRACY, caranalgada veraniega de Emilio Losada (Vídeo.)

https://www.youtube.com/watch?v=jrNqfBS8nds


¿Un antinacionalista recalcitrante como yo haciendo esta mamelucada? Con uno mismo también se pueden hacer apuestas. ¿O no? Vídeo grabado de empalme en alguna mañana del verano de 2015. Acababa de morir el enorme Sazatornil y esa circunstancia yo no podía dejarla pasar por alto. La canción fue compuesta en los últimos 90. Las razones por las que dejé de cantar en inglés son evidentes. Lo mejor está al final.

Letra:

I'm very glad to keep living in Spain.
Landa, "Saza", Esteso, I love you, guys.

(Repit teseim)